“Es una guillotina”: Sonami urge al Gobierno aumentar tonelaje de extracción de pequeños mineros

“Que nos suelten la rienda”, es el ruego que repite por estos días el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Jorge Riesco, quien -además de inspirarse en la ranchera de José Alfredo Jiménez- insiste en una petición que el gremio hizo al Gobierno hace ya un año y que ha reiterado todo 2024: elevar el umbral de extracción de la pequeña minería desde las 5 mil toneladas de mineral por mes a 45 mil.

“Los pequeños mineros tienen que ingresar al Sistema de Evaluación Ambiental (SEIA) al superar las 5 mil toneladas de producción de mineral al mes. Hay muchos que se quedan en 4.999, porque pasar por una Declaración de Evaluación Ambiental (DIA) es engorroso y muy difícil de costear para ellos (entre UF 6.000 y 9.000)”, sostiene. “Ese tonelaje es una verdadera guillotina para el sector”, enfatiza Riesco.

La medida no ha tenido eco desde el Ejecutivo. Riesco expresa que avanzar en ella será su principal tarea en 2025 y, de no lograrlo, insistirá “sin cejar” tras su repostulación al cargo en agosto próximo.

“Hemos recorrido el Ministerio de Minería, de Medio Ambiente, de Economía, de Hacienda, pero no nos dicen nada, no nos contestan siquiera. Es increíble.Se está perdiendo una oportunidad enorme”, dijo Jorge Riesco en el encuentro de Sutmin.

¿Por qué a 45 mil?

Para el cálculo hecho por Sonami, hay que considerar que la nueva ley de royalty clasifica a los pequeños mineros como aquellos que producen menos de 12 mil toneladas de cobre fino al año. Sobre dicha cifra, se paga royalty.

En un ejercicio simplificado: pensando que eso equivale a 1.000 toneladas de cobre fino mensuales, Riesco explica que para llegar a esa producción se requerirían 100 mil toneladas de mineral con una ley del 1%. Sin embargo, la pequeña minería trabaja con mayores leyes, y Enami, que es la empresa que les compra, exige una ley base de 2,5%.

Y de ahí la cifra: con una ley de 2,5%, con recuperaciones de mineral en el rango 85% a 90%, la cantidad equivalente de mineral a extraer por pequeños mineros es del orden de 45 mil toneladas mensuales para producir 1.000 toneladas de cobre fino al mes sin pagar royalty.

“Con esto, esperamos que la pequeña minería duplique su producción anual: si hoy está entre 45 mil-50 mil toneladas de cobre fino, llegaría a 90 mil-100 mil toneladas”, apunta Riesco.

Las otras medidas

En noviembre de 2023, el timonel de Sonami envió una carta con las propuestas procrecimiento a los ministerios de Hacienda y Minería. A inicios de diciembre de este año, insistió y envió una minuta con las medidas a la cartera de Mario Marcel.

Se refirió a ellas en el reservado encuentro anual de la Asociación Gremial de Suministradores Técnicos y de Ingeniería para la Minería e Industria (Sutmin). “Hemos recorrido el Ministerio de Minería, de Medio Ambiente, de Economía, de Hacienda, pero no nos dicen nada, no nos contestan siquiera. Es increíble. Se está perdiendo una oportunidad enorme”, expresó ante los presentes.

Otra de las propuestas apunta a generar una diferenciación entre los proyectos nuevos y antiguos en la mediana minería, cuyas empresas producen entre 12 mil a 50 mil toneladas de cobre fino por año.

“Cada vez que una de estas compañías medianas quiere extender su vida útil, tiene que volver a ingresar al SEIA y hacer todo de nuevo”, dijo Riesco. “El tema es que los proyectos de este segmento tienen vidas de cinco años promedio, por lo que no resulta lógico ni se condice con el tamaño del negocio que cada cinco años tengan que volver a incurrir en todos esos gastos y someterse al escrutinio de la autoridad”, apuntó.

Así, dado que se trata de la misma mina, la misma planta, el mismo proceso y los mismos trabajadores, Sonami plantea que las renovaciones de vida útil se presenten a través de pertinencias ambientales o declaraciones juradas, salvo cambios significativos en el proyecto original.

La tercera de las medidas nace a raíz de “la rigidez de las Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) respecto al tonelaje que se les permite producir y procesar a los proyectos tanto medianos como grandes”, comentó el líder gremial.

“Hay varias compañías con proyectos de optimización de procesos, de equipos, que podrían incrementar su producción de cobre, pero chocan con esa rigidez, privándonos de esa mayor producción que necesitamos de manera relativamente urgente”, enfatizó. Así, se plantea permitir el incremento por una vez, por un periodo de cinco años, de hasta el 20% de la capacidad de tratamiento de los planteles productivos, sumando 1 millón de toneladas de cobre fino a la producción país, llegando a las 6,3 millones de toneladas anuales.

El efecto de recaudación para el Fisco, por impuesto a la renta y royalty, de acuerdo a los cálculos de Sonami, sería de US$ 1.500 millones, “solo por cambiar una interpretación de rígida a flexible, resguardando obviamente todos los estándares y compromisos medioambientales”, dijo Riesco.